
nadando inquieto de un lado a otro en el interior de su nueva piel de astronauta, el pez luna no cesaba de preguntarse qué debería llevar en su viaje a las nubes. finalmente sacó aquel espejo de su nave acuática - ¿cómo demonios habría llegado hasta allí? - y lo sustituyó por una funda para sus lentes -era un pez bastante miope- donde las guardaría cuidadosamente cuando llegara el momento: no las necesitaba para ver de cerca; ni desde dentro.
eight days a week
2 comentarios:
yaaaaaaaaa... con razón no entendía. imagino como te sonreías contenta!!
hmmm... pez luna convertido en astronauta: para orbitar mejor? ;)
me sonrío, me sonrío...
...para tener autonomía de vuelo intergaláctico...
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